“El JARDÍN TALLADO”.
PARADOR DE ALCALA COLEGIO DE SANTO TOMÁS.
Calle Colegios 8 c/f a la c/ Basilios. Alcalá de Henares, Madrid
Arquitectos: María José Aranguren y José González Gallegos. 2004-2009
El nuevo Parador de Alcalá de Henares, ciudad declarada por la UNESCO en 1998 Patrimonio de la Humanidad, se sitúa sobre los pervivencias del antiguo Colegio-Convento de Dominicos de Santo Tomás, fundado por el deán Don Carlos de Mendoza en el siglo XVII. Edificio de dilatada historia y diferentes usos, desde los iniciales colegio universitario y convento, a los de reformatorio, cárcel y cuartel, que se ha recuperado del estado de semi-abandono en el que se encontraba al incendiarse sus cubiertas en 1998.
En 2002 los arquitectos Aranguren y González Gallegos ganan el concurso convocado por Paradores de Turismo de España, con una propuesta bajo el lema "Jardín Tallado" que en su memoria explica el objeto del proyecto: "recuperar la dualidad de edificio claustral y espacio ajardinado"…"la edificación necesaria para completar el programa se extenderá en la superficie del solar, quedando bajo un extenso jardín perforado por múltiples y diversos patios que generarán una interesante variedad de espacios de habitación vinculados a ellos". El proyecto formó parte de la exposición "On-Site. New Architecture in Spain" del MOMA en Nueva York.
Plantean un edificio horizontal que rememora un mundo de claustros y patios que resume la ciudad de Alcalá, adaptando el modelo tipológico del convento: “el claustro ofrecería retiro; el jardín, goce”. Para relacionarse con el entorno, la nueva edificación no debía sobrepasar la altura de la antigua tapia del huerto. A los edificios preexistentes se les realizan injertos de arquitectura contemporánea, redescubriendo la ruina y curando sus heridas con metales y maderas. Las carpinterías que cierran las antiguas arcadas del claustro están retranqueadas tras los sillares de piedra. En las fachadas conviven piedra y escultura renacentistas con cristal, acero en un lenguaje tan moderno como arriesgado, y los elementos visibles se cubren de una malla-veladura que permite la observación del exterior, pero que diluye la visión en sentido contrario. Los arquitectos han conseguido la transformación del espacio gracias al soterramiento de las habitaciones en los antiguos huertos, con un entramado subterráneo inspirado en la jardinería japonesa con el bambú como protagonista. Su interior sorprende especialmente si uno espera encontrarse con el estilo de los paradores o de la vieja Hostería del Estudiante; aquí no hay doseles, ni armaduras, ni muebles castellanos, ni cretonas. En el nuevo restaurante se dan cita los platos característicos y las viejas recetas de tradición cervantina, pero con un leguaje tan moderno como su arquitectura. En resumen: “una apuesta por la recuperación del pasado con el mejor presente para asegurar el futuro”
El acceso se realiza por un cuerpo de nueva planta sobre la calle Colegios, que sirve de articulación de las naves preexistentes, y del que parte una galería de unión con el claustro conventual, galería acristalada recubierta de una piel de malla metálica. En torno al recuperado claustro del Colegio de Santo Tomás, construido de ladrillo visto sobre zócalo de sillería de piedra, se ubican las zonas de cafetería, restauración y salón-biblioteca en planta baja, y ocho habitaciones especiales en el alta, y el Spa, un lugar espectacular instalado en los altos de la antigua capilla del convento.
El resto de las habitaciones de nueva construcción, se sitúan fuera del perímetro del antiguo convento, sobre los antiguos huertos. Bajo una zona ajardinada que sirve de cubierta a la nueva edificación se agrupan 98 habitaciones en dos plantas, parte bajo la rasante original, abiertas a un damero de patios ornamentales, “el jardín tallado”. Finalmente, 21 habitaciones se ubican en la planta superior de la antigua nave de talleres, edificada en el siglo XIX en ladrillo visto, por encima del jardín tallado. Para el turismo congresual y otros eventos sociales se disponen 12 salones ubicados en los bajos de la nave de talleres y en los restos de una vieja fábrica aneja -realizada en mampostería pétrea con verdugadas y recercados de ladrillo-, con recepción independiente y acceso por la calle posterior. Asimismo dispone, en la zona ampliada, de una piscina de temporada. El proyecto tiene prevista una ampliación, sobre el solar posterior de la manzana, con destino a Escuela de Hostelería aneja al Parador, planteada con un esquema similar al del cuerpo del jardín tallado, con aulas en la planta baja y residencia de estudiantes en la superior.
Frente a la fachada principal se mantiene, a la espera de su restauración prevista en 2012, la vieja Hostería del Estudiante, situada junto al Patio Trilingüe en el antiguo Colegio Menor de San Jerónimo, fundado por el Cardenal Cisneros en 1510.