La jamsa o mano de Fátima (del árabe, خمسة ‘cinco’) es un símbolo con forma de mano que se utiliza tradicionalmente en varias culturas.
El uso de la jamsa está documentado desde la Antigüedad. La usaban ya los púnicos (desde el 820 a. C., en el norte de África), quienes la asociaban con la diosa Tanit. Es posible que sea aún más antigua. La cultura judía y la árabe la adoptaron como propia.
La forma más extendida del símbolo es la de una mano simétrica: el dedo corazón en el centro, a sus lados el anular y el índice, un poco más cortos que el corazón e iguales entre sí, y en los extremos dos pulgares, también del mismo tamaño y algo curvados hacia afuera. A veces contiene otros símbolos, como inscripciones de carácter religioso, estrellas de David judías, ojos y otros elementos destinados a aumentar su poder. Típicamente aparece en forma de amuleto (pendientes, colgantes, etc.), en las puertas de las casas (a veces como aldabón), en coches y otros lugares.
En el mundo árabe se utiliza como talismán para protegerse de la desgracia en general y del mal de ojo en particular.
Esta mano es un amuleto, normalmente un colgante, que protege del mal deteniéndolo con la palma de la mano, previene las enfermedades y atrae la buena suerte. Los cinco dedos de la mano están sometidos a la unidad de la mano; cada uno de estos dedos representa cada uno de los mandamientos fundamentales de la ley islámica:
"Creencia en Alá, los ángeles, el profeta, el Corán y el Juicio Final",Oración cinco veces al día.,Diezmo o limosna a los pobres,Ayuno en el mes de Ramadán.,Peregrinación a La Meca.
Los musulmanes a menudo establecen una relación entre los cinco dedos de la mano y los cinco pilares del islamismo, mientras que los judíos hacen lo propio con el Pentateuco (los cinco libros de la Torá).
El símbolo, sin embargo, no tiene relación alguna con el islamismo. De hecho, una interpretación rigorista desaconsejaría su extendido uso, ya que el Corán prohíbe los amuletos y la superstición en general.
En algunos países la jamsa recibe el nombre de «mano de Fátima», en alusión a Fátima az-Zahra (606-632, hija de Mahoma. También se la llama «ojo de Fátima», debido a que algunas versiones del símbolo incluyen un ojo.
Según cuenta la leyenda, una noche el marido de Fátima regresó a su casa acompañado de una concubina mientras Fátima preparaba la cena. Al verla, la celosa Fátima regresó a la cocina irritada y metió la mano en el cazo hirviendo. Al verla, su marido le quitó la mano del cazo. Desde ese momento la jamsa se convirtió en el símbolo religioso de los seguidores de Mahoma.
El nombre puede encontrarse transcrito también como khamsa y, en transcripciones del hebreo, como hamsa o chamsa.
Los judíos la llaman «mano de Miriam» (en alusión a la hermana de Moisés y Aarón), «mano cinco» o «mano Hamsesh».
Algunas organizaciones que trabajan por la paz en Oriente Medio han adoptado la jamsa como símbolo de las similaridades culturales existentes entre musulmanes y judíos.
En la India (que fue invadida por los musulmanes durante siglos) se la llama «mano Humsa» (pronunciado [jamsa]).
En otros países de Asia, el amuleto es considerado poderoso para prevenir todo tipo de desgracias y enfermedades.
En Occidente algunas personas creen que este amuleto,además de proteger contra la ira, previene contra la infidelidad. En Norteamérica además se ha difundido la creencia de que la mano de Fátima protege de los fenómenos atmosféricos como terremotos e inundaciones.
Chauen, Xauen o Chefchauen (árabe: الشاون (popular) o شفشاون (oficial)) es un municipio y una ciudad de Marruecos, capital de la provincia del mismo nombre. Está situada en el noroeste del país, en las estribaciones de las montañas del Rif, cerca de Tetuán. Está en la región de Tánger-Tetuán.
El nombre Accawen significa en rifeño "Los cuernos", en referencia a los dos picos visibles desde la ciudad. Una creencia popular afirma que el nombre Shifshawen procede del árabe coloquial shuf ('mira') y el rifeño arabizado ashawen ('los cuernos'), pero no hay evidencia alguna de ello. Shawen es la forma abreviada (no oficial) del nombre de la ciudad, que pasó al español inicialmente como Xauen (así consta en toda la documentación del protectorado español de Marruecos), aunque desde tiempos recientes se utiliza más la forma Chauen, procedente del nombre francés Chaouen. Los mapas y paneles de carretera indican Shifshawen en árabe y Chefchaouen en francés.
La ciudad fue fundada en 1471 en el emplazamiento de una pequeña población bereber. Su población original estuvo compuesta sobre todo por exiliados de al-Ándalus, tanto musulmanes como judíos, razón por la cual la parte antigua de la ciudad tiene una apariencia muy similar a la de los pueblos andaluces, con pequeñas callejuelas de trazado irregular y casas encaladas (frecuentemente con tonos azules). Sus habitantes nativos se parecen físicamente, por lo general, también más a los habitantes del otro lado del estrecho de Gibraltar que a la mayoría de los magrebíes. Chauen está construida sobre un pequeño valle. La parte más antigua de la ciudad crece hacia lo alto de la montaña, y en el punto más alto se encuentran los manantiales de Ras al-Ma. El centro de la ciudad es la plaza de Uta al-Hammam, en la que se encuentra la alcazaba y una mezquita con una torre de base octogonal. Otro punto emblemático de la ciudad es la Mezquita de los Andaluces. La ciudad nueva se ha construido más abajo de la ciudad antigua.
Chauen fue durante siglos una ciudad considerada sagrada, donde se prohibía la entrada a los extranjeros. Por esta razón se ha mantenido con pocas alteraciones toda su fisonomía medieval. Los cambios en la estructura urbana y poblacional de Chauen son muy recientes. Fueron las tropas españolas las que abrieron Chauen al tomar el control de toda la zona norte de Marruecos para instaurar el protectorado concedido por la Conferencia de Algeciras (1906) y definido por el tratado hispano-francés de 1912. Cuando los españoles llegaron, la ciudad tenía una importante población judía sefardí que hablaba judeoespañol. Chauen fue una de las principales bases del ejército español, y en esta ciudad se arrió la última bandera española en 1956. Como en otras ciudades que pertenecieron al protectorado español, gran parte de sus habitantes sabe hablar español.
En la actualidad Chauen es un importante centro de turismo, lo que ha atraído a inmigrantes de otras zonas de Marruecos, principalmente del sur.