Imagen (Con cierta licencia personal) capturada en La Caleta, que es una playa situada en el centro histórico de la ciudad de Cádiz. Este lugar fue en su dia un puerto natural en el que fondearon barcos fenicios, cartagineses y romanos...hoy en dia es lugar de recreo y encuentro para la población y los visitantes de la ciudad. Esta playa tiene una longitud de 450 metros de arena fina y dorada, con un paseo marítimo y todo el centro urbano e histórico a su espalda .
Es la playa de menor extensión de toda la ciudad y está aislada del resto. Su principal atractivo radica en su ubicación. Destaca en ella el edificio de Balneario de Nuestra Señora de la Palma y del Real, construido en la década de los veinte, se caracteriza por su construcción sobre la playa y por sus largas galerías laterales que parecen abrazar el mar. Fue inaugurado en 1926 y sustituía a los tradicionales Baños del Real, instalación de madera que existía ya a comienzos del siglo XIX, junto a los que también se situaban los de la Palma, de estructura similar, que posteriormente fueron unificados bajo la denominación del Real y de la Palma.
El edificio se trata de una construcción en hormigón armado que cuenta con dos núcleos bien diferenciados:
El pabellón de acceso, levantado sobre la muralla.
El balneario propiamente dicho, construido sobre pilares en la misma playa.
Consta de una zona central flanqueada por torres rematadas por cúpulas bulbosas, desde la que parten dos alas curvas, en cuyos extremos se abren pabellones cubiertos por cúpulas. En todo el conjunto es evidente la influencia modernista, aunque también es evidente el historicismo oriental, típico de los balnearios ingleses. Presenta escasos elementos decorativos, destacando el panel de azulejos que representan a la Virgen de la Palma, pintados por Juan Ruiz de Luna.
Entrando en su história, su uso como balneario fue abriéndose a otros fines en función del progresivo abandono de la utilización de este tipo de instalaciones. Entre 1936 y 1943 alojó una Escuela de Flechas Navales. También sirvió como sala de proyecciones.
En 1958 la Diputación Provincial transfirió la titularidad del Balneario de la Palma a un empresario, José Paredes González de la Torre, que a partir de entonces lo dedicó tanto a actividades relacionadas con el baño como a su explotación como local para la celebración de banquetes, fiestas, etc.
En 1975 se elabora un proyecto para modernizar las instalaciones y adaptarlo mejor a sus usos de hostelería. El principal objeto del proyecto era la potenciación del uso del edifcio con independencia de las actividades playeras, en la planta principal, para lo que se proyectó una remodelación de los salones que permitiera grandes banquetes, congresos, exposiciones, actividades culturales, espectáculos, etc. Este proyecto, finalmente, no se llevó a cabo por no contar finalmente con las autorizaciones necesarias.El progresivo deterioro de la estructura del inmueble debido a la baja calidad del hormigón llevó a su abandono en 1975, quedando el Balneario en gran parte derruido con la consecuente aceleración de su degradación.
Tal situación desató la polémica en torno a la conveniencia de recuperarlo o derribarlo definitivamente, asunto que quedó zanjado con la declaración como Bien de Interés Cultural (BIC) en el año 1990 por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía. Iniciados los trámites para su rehabilitación se barajaron varias posibilidades en cuento a su destino final. A modo de ejemplo, se estudió la posibilidad de construir una piscina cubierta. Esta propuesta novedosa entonces en Cádiz, era en cierta forma una restauración también del uso del Balneario y su rentabilidad estaba asegurada como se comprobó por estudios económicos que se realizaron. Se desconoce si el rechazo municipal al proyecto se debió a causas políticas o a argumentos consistentes. El destino del edificio volvió a quedar en suspenso una buena temporada, y la Consejería optó por la ejecución de obras de emergencia, apuntalamiento y consolidaciones puntuales a la espera de una definición del proyecto. Finalmente se decidió un uso administrativo, convirtiéndose desde entonces en sede del Centro de Arqueología Subacuática del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico.
La playa de La Caleta con su singular y bello balneario ha sido un escenario que inspiró a músicos y poetas como Isaac Albéniz, José María Pemán, Paco Alba o Carlos Cano. La flanquean los castillos de San Sebastián y Santa Catalina, frente al antiguo Hospital de Mora, y también ha sido escenario de varias películas de cine, tales como 007: Muere otro día, Alatriste, Manolete y El Amor Brujo.
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